Mi familiar ha ingresado en la UCI por una lesión cerebral… ¿Qué puedo hacer?
En las primeras horas en el hospital es esencial no estar solos. La presencia de familiares y amigos es importante, y conviene aprovechar su apoyo y disponibilidad para ayudar. El hospital es un sitio extraño, en el que estaremos desorientados y preocupados. Mientras que atienden a nuestro familiar se nos solicitará información administrativa, social, legal y sanitaria. Después, tendremos que esperar la información de los médicos.
Con familiares y amigos a nuestro lado será más fácil recordar lo que nos cuentan los médicos, preguntar lo que es más importante, solicitar la atención que necesitamos o asimilar las noticias que vamos recibiendo.
Es probable que la estancia en el hospital se prolongue. Lo fundamental es economizar energías: descansar, cuidarse en la hidratación y alimentación durante la espera, darse relevos en la espera entre familiares y amigos… La familia no debe adoptar decisiones importantes y definitivas hasta que la situación evolucione: todo lo que pueda posponerse, debe posponerse.
También es importante atender las cuestiones legales; buscando asesoramiento profesional si hay implicaciones de este tipo en el daño (por ejemplo, por accidente de tráfico, laboral o por agresión).
Cuando nuestro familiar entra en la UCI, hay dos cuestiones muy importantes que tener en cuenta: la información y la visita en la UCI.
La información:
Es bueno que asista más de una persona a la entrevista, que se preparen las preguntas previamente y, por supuesto, que se pidan explicaciones si no se entiende algo.
En la mayor parte de los casos el pronóstico es incierto, hay que esperar a la evolución (a veces meses) para tener seguridad de cómo serán las cosas. A veces, por presión familiar, los médicos presentan pronósticos inseguros o tajantes que se contradicen entre ellos. Eso nos hará sentir peor, así que es mejor esperar.
Un paciente en la UCI es muy inestable: presenta mejorías y empeoramientos y la información que recibimos cambia cada día. Hay que esperar porque es la evolución normal en estos casos.
La visita:
Aunque nos puedan impresionar las máquinas, sus pitidos y la indefensión de nuestro familiar es bueno que le hagamos compañía y, si nos apetece, que le hablemos evitando conversaciones alarmantes.
Si está en coma no recordará este período, aunque veamos que parece reaccionar a nuestra presencia con cambios de ritmo cardíaco, por ejemplo. Si no observamos esto, no debemos preocuparnos. Cuando lo vemos, nos anima, pero su significado por la evolución futura es incierto.
Este artículo está extraído de la publicación “Daño Cerebral Adquirido: orientación para familiares, amigos y cuidadores” editada por FEDACE.